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Claudio Soto, economista jefe del Banco Santander: “Si se retrasa mucho el ajuste monetario, se corre el riesgo de poner en jaque la recuperación”

El exHacienda y Banco Central ve riesgos sesgados a la baja tanto para este año y el próximo, y desdramatiza las divergencias en el Consejo del emisor.

Por: Sebastián Valdenegro | Publicado: Viernes 23 de junio de 2023 a las 04:00 hrs.
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Foto: Julio Castro
Foto: Julio Castro

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El Banco Central es una institución que Claudio Soto conoce bien. El economista jefe del Banco Santander ha desarrollado parte importante de su carrera en el instituto emisor, como economista de la Gerencia de Comercio Exterior y luego en cargos senior como jefe del Departamento de Modelos y Proyecciones y gerente de Análisis Macroeconómico.

Por lo tanto, no es de extrañar que habitualmente su nombre suene como uno de los candidatos a integrarse al Consejo del ente autónomo: “Yo estoy trabajando como economista jefe del banco Santander. Estoy muy contento con la pega, es lo que me gusta hacer, así que yo feliz acá”, señala con una sonrisa.

El experto analiza el nuevo escenario delineado por el emisor en el Informe de Política Monetaria (IPoM) de esta semana.

“Cuando miras la tasa de interés nominal comparado con las expectativas inflacionarias, hoy estamos hablando de tasas reales históricamente altas. Eso es muy contractivo, sigue siendo contractivo y va a seguir siendo contractivo por varios meses”.

- ¿Coincide con el panorama base del IPoM?

- Las correcciones de proyecciones están en línea con lo que estábamos viendo nosotros y el mercado. Por ejemplo, justo revisamos a la baja nuestra proyección de IPC hasta 4,3% para este año, mientras el IPoM tiene un 4,2%; la inflación subyacente en 6,5%, al igual que el Banco Central.

El punto medio del rango de crecimiento lo revisaron a la baja y ahí quizás haya una diferencia: pensamos que la actividad va a contraerse más este año de lo que está en el IPoM. Vemos que, en el margen, la demanda interna se está debilitando más fuerte de lo que ellos están considerando y, por lo tanto, podemos tener una actividad incluso por debajo de la que está en el IPoM.

- ¿Cuánto más abajo? El emisor prevé una caída de 0,5% en la parte baja del rango.

- Nosotros tenemos un -0,75%. No es mucho más abajo por ahora, pero los riesgos van en una dirección. Veo pocos elementos que pudieran hacer que la actividad termine en la parte alta del rango, sino que más bien en la parte baja o, incluso, por abajo. Todo apunta en esa dirección, tanto lo internacional como los desarrollos locales.

- ¿Cuáles son esos factores locales?

- Las condiciones financieras hoy son muy estrechas. Cuando miras la tasa de interés nominal comparado con las expectativas inflacionarias, hoy estamos hablando de tasas reales históricamente altas, que no se habían visto en más de 10 años. Eso es muy contractivo, sigue siendo contractivo y va a seguir siendo contractivo por varios meses en adelante.

Es verdad que la política fiscal se ha acelerado un poco, el gasto está creciendo más fuerte, pero no incide tanto en el crecimiento como la política monetaria.

Si a eso le sumamos un mundo que, si bien es verdad que estuvo mejor el primer trimestre, ha dado muestras de debilidad en los últimos datos, sobre todo los socios comerciales importantes como China, tampoco hay una palanca para el crecimiento.

Vemos que el mercado laboral está bastante débil, eso va a tener incidencia en el consumo todavía por bastantes meses.

- ¿Hoy se arriesga un sobreajuste de la economía con tasas tan altas?

- El consenso es que la política monetaria tiene un rezago de por lo menos un año en incidir directamente sobre la actividad económica.

Por lo tanto, si uno piensa que hoy las tasas reales están del orden del 6%, con una economía que en el margen está contrayéndose, si uno retrasa mucho el ajuste monetario, se corre el riesgo de que ya no tengamos un crecimiento negativo solo este año, sino que pongamos en jaque la posibilidad de una recuperación el próximo año.

Si no actúa rápido la política monetaria, creo que sí hay un riesgo de sobreajuste.

- ¿Hablamos de una eventual caída del PIB en 2024?

- Todavía no está en el escenario base una caída de la actividad, pero estamos hablando de un crecimiento bastante bajo y que va a significar que las holguras de capacidad van a permanecer abiertas durante un buen tiempo. Hoy estamos con una proyección de crecimiento de un 2% en 2024, bajo el supuesto de que la política monetaria empieza a relajarse ya a partir de julio y que no tenemos un mundo muy complejo hacia adelante.

- ¿Es de quienes creen que el corredor de la tasa en el IPoM sigue siendo alto?

- La baja de tasa debe ser rápida, pensamos que la TPM debiese cerrar entre 7,5% y 8% este año. El valor puntual que tiene implícito el Banco Central en el corredor es en torno al 8,5%. Estamos bastante más abajo que eso, pensando en que las tasas reales están muy altas, que la economía está muy débil, que hay riesgos más bien a la baja tanto en la actividad como en la inflación y, por lo tanto, pensamos que el Banco Central tiene que moverse relativamente rápido. Una tasa nominal arriba del 4,5%-5% con expectativas inflacionarias del 3%, sigue siendo una tasa contractiva.

- ¿A qué velocidad hablamos?

- Pensamos una primera baja entre 50 y 75 puntos base en julio, como para dar la primera señal, pero ya a partir de septiembre los recortes deberían ser del orden de 100 puntos base por reunión.

- ¿Es anecdótico el voto dividido del Consejo en la reunión del lunes?

- Esto tiene implicancias porque incrementa de manera bastante significativa la probabilidad de un recorte en julio. Creo que si no hubiera habido este voto de minoría, la probabilidad de un recorte en julio no hubiese sido tan evidente. No es algo dramático, tampoco es algo tan habitual. En general, las votaciones son de consenso.

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