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Cómo evitar una crisis de deuda en el mundo en desarrollo

FT VIEW © 2023 The Financial Times Ltd.

Por: FT VIEW © 2023 The Financial Times Ltd. | Publicado: Jueves 6 de abril de 2023 a las 04:00 hrs.
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Las revelaciones de esta semana de que China está aumentando sus préstamos de rescate a los países más pobres sirven para resaltar una posible crisis de deuda en el mundo en desarrollo. Un nuevo estudio muestra que los préstamos de rescate de China aumentaron a US$ 104 mil millones entre 2019 y fines de 2021 para los participantes en su Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI), el programa de infraestructura transnacional más grande del mundo.

Peor aun, el Instituto de Finanzas Internacionales, una asociación de la industria financiera, estima que la deuda total del mundo en desarrollo aumentó a un récord de US$ 98 billones (millones de millones) a fines de 2022, después de que los gobiernos y las corporaciones tomaron todo lo pudieron en los últimos años.

“El aumento en los préstamos de rescate de China muestra la necesidad de cooperar en la reestructuración. Lo que se necesita ahora es ambicioso: un marco acordado para la reestructuración de la deuda del mundo emergente”.

Evitar una crisis de deuda en el mundo en desarrollo debería ser una prioridad máxima. Pero a medida que se intensifica la discordia estratégica entre China y Occidente liderado por EEUU, la falta de cooperación entre los grandes acreedores está prolongando la agonía de varios morosos del mundo en desarrollo. Encontrar una solución a los problemas de deuda de los mercados emergentes se ha complicado aún más debido a la explosión de la deuda del sector privado en las últimas dos décadas.

Esta explosión ha significado que entre 2000 y 2021, la proporción de la deuda externa pública y con garantía pública de los países de ingresos bajos y medianos bajos debida a los tenedores de bonos aumentó del 10% al 50% del total.

El impacto del retraso en la coordinación es claramente visible. Fitch, una agencia de calificación, dice que ha habido nueve morosos soberanos desde 2020, incluyendo las situaciones no resueltas en Sri Lanka y Zambia. Las demandas en competencia entre las organizaciones multilaterales, China, otros acreedores bilaterales y los tenedores de bonos privados son tan complejas que ahora lleva tres veces más tiempo resolver un incumplimiento que en promedio en las dos décadas anteriores a 2020, según Fitch.

Ha llegado el momento de que los acreedores occidentales y China hagan concesiones y alcancen un marco nuevo y audaz. Todas las partes (China, los prestamistas multilaterales, otros prestamistas bilaterales y el sector privado) deben estar preparados para asumir pérdidas.

Se requiere un nuevo marco institucional. Si Beijing no quiere formar parte del Club de acreedores de París, entonces el nuevo marco podría construirse en torno al G20, que suele ser el foro internacional preferido de China.

Sin embargo, las partes interesadas deben tener claro que el objetivo no debe ser simplemente revivir la Iniciativa de Suspensión del Servicio de la Deuda (DSSI) del G20, que expiró a fines de 2021. El DSSI desempeñó una función valiosa al brindar alivio en los pagos de intereses de la deuda para 73 de los países con bajos ingresos del mundo. Lo que se necesita ahora es más ambicioso: un marco acordado para la reestructuración de la deuda del mundo en desarrollo.

La oposición a tal esquema sin duda será fuerte. Pero si no se aborda este difícil problema ahora, se exacerbarán las pérdidas eventuales para todos los acreedores más adelante. Beijing debe darse cuenta de que un marco en el que las pérdidas se distribuyen de manera uniforme entre los acreedores es su mejor esperanza no sólo para limitar las pérdidas eventuales sino también para preservar su reputación en los países de bajos ingresos.

En el mundo emergente, muchos más podrían sufrir a menos que China y Occidente encuentren un camino hacia la cooperación en lo que es claramente un imperativo moral.

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